EL CUENTO DE LA ISLA DESCONOCIDA - JOSÉ SARAMAGO
Elegimos esta lectura gracias a...
que se trataba de un cuento suficientemente breve para que pudiésemos escucharlo - en la app de audiolibros que usamos - en el coche, durante un viaje que realizamos juntos un fin de semana.
Este cuento, por tanto, que incluye un viaje, lo escuchamos en uno de los nuestros, lo que nos pareció completamente idóneo y más cuando nos gusta pensar que el coche es como una isla o, incluso, como una habitación móvil de nuestra casa.
Hemos leído a Saramago en su Ensayo sobre la ceguera (1995), Ensayo sobre la lucidez (2004) y Las intermitencias de la muerte (2005) y es otro de los autores que nos acompañan siempre, tanto en las conversaciones como en nuestras citas literarias.
Este cuento, por tanto, que incluye un viaje, lo escuchamos en uno de los nuestros, lo que nos pareció completamente idóneo y más cuando nos gusta pensar que el coche es como una isla o, incluso, como una habitación móvil de nuestra casa.
Hemos leído a Saramago en su Ensayo sobre la ceguera (1995), Ensayo sobre la lucidez (2004) y Las intermitencias de la muerte (2005) y es otro de los autores que nos acompañan siempre, tanto en las conversaciones como en nuestras citas literarias.
Sobre el formato
A pesar de haber escuchado el cuento con una app tenemos el libro editado por Alfaguara en 2001, primera edición de 1998.
La portada nos desvela el secreto significado de este Cuento de la Isla Desconocida y sus 43 páginas nos animan a abordarlo sabiendo que será mucho mayor el volumen de su huella que el del propio objeto.
Sobre la estructura narrativa
Saramago nos presenta una narración sencilla y envolvente de un cuento con estilo tradicional, con unos personajes sin nombre pero sí cargo y representación, como los que contaban nuestras abuelas; pero con una lectura muy particular. Presenta línea temporal, elementos fantasiosos, diálogos naturales, misterio y simbología.
A pesar de la fluidez de la narración, en la que todo está tan enlazado como su tan personal escritura, podríamos reconocer diversas partes: en el castillo, en el muelle y en el mar, que significan, de alguna manera, los tres niveles, en orden inverso al aparente: el positivo, o externo; el neutro, en la frontera; y el negativo, o interior.
A pesar de la fluidez de la narración, en la que todo está tan enlazado como su tan personal escritura, podríamos reconocer diversas partes: en el castillo, en el muelle y en el mar, que significan, de alguna manera, los tres niveles, en orden inverso al aparente: el positivo, o externo; el neutro, en la frontera; y el negativo, o interior.
Sobre el título
Saramago tiene siempre una mirada afilada y de suave ironía en todo cuanto escribe, que encierra una postura crítica socio-política y algo así como un pesimismo esperanzado. Es por ello que entendemos que cuanto pone en el título no va a ser simple ni vacío.
La inclusión de la palabra cuento en el título nos invita a pensar que la usa con distintos significados y, así, nos vamos a la RAE y revisamos las distintas definiciones que propone: relato, invento, embuste, chisme, quimera,...
Entre las expresiones que siguen a las definiciones nos quedamos con: "ese es el cuento", que define como "en eso consiste la dificultad o la sustancia de lo que se trata."
Seguimos reflexionando sobre "la isla desconocida" y la pensamos en partes: como isla, elegimos "recinto o zona separada del espacio circundante" y, como contraste, la frase de John Down (1572 - 1631) en sus Meditaciones: "ningún hombre es una isla"; como desconocida, es decir,"ignorada", también se convierte en deseada y motivo del impulso de la búsqueda.
En una época en la que creemos que todo cuanto podía ser descubierto, ya lo fue, y nos lanzamos al espacio exterior para encontrar nuevos mundos, la isla desconocida, como lugar, como búsqueda, como barco, como meta... somos nosotros mismos.
Este planteamiento nos lleva a citar al propio autor, empleando la frase que pone en boca de la chica de las gafas oscuras de su "Ensayo sobre la ceguera", para resumir nuestra conclusión tras esta deliciosa lectura: "Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos"
La inclusión de la palabra cuento en el título nos invita a pensar que la usa con distintos significados y, así, nos vamos a la RAE y revisamos las distintas definiciones que propone: relato, invento, embuste, chisme, quimera,...
Entre las expresiones que siguen a las definiciones nos quedamos con: "ese es el cuento", que define como "en eso consiste la dificultad o la sustancia de lo que se trata."
Seguimos reflexionando sobre "la isla desconocida" y la pensamos en partes: como isla, elegimos "recinto o zona separada del espacio circundante" y, como contraste, la frase de John Down (1572 - 1631) en sus Meditaciones: "ningún hombre es una isla"; como desconocida, es decir,"ignorada", también se convierte en deseada y motivo del impulso de la búsqueda.
En una época en la que creemos que todo cuanto podía ser descubierto, ya lo fue, y nos lanzamos al espacio exterior para encontrar nuevos mundos, la isla desconocida, como lugar, como búsqueda, como barco, como meta... somos nosotros mismos.
Este planteamiento nos lleva a citar al propio autor, empleando la frase que pone en boca de la chica de las gafas oscuras de su "Ensayo sobre la ceguera", para resumir nuestra conclusión tras esta deliciosa lectura: "Dentro de nosotros existe algo que no tiene nombre y eso es lo que realmente somos"
Sobre la historia
Destacamos de la historia que los personajes no tienen nombre y, tan sólo, tras reflexionar sobre ello, caemos en la cuenta de que no nos parecía extraño identificar a cada uno de los seres del cuento por aquello que hace e, incluso, aquello que se espera que haga según la etiqueta que lleva.
Como ocurre normalmente, nadie sabe quienes somos, ni siquiera nosotros mismos, que aceptamos el personaje que los demás nos atribuyen según el oficio o la función que representamos. De esta manera nos convertimos en: la hija, la médico, el profesor, la cantante, el amigo, el vecino, la fontanera, el mecánico... y en este contexto el nombre poco importa, la identidad real y profunda de cada individuo es algo insignificante.
Así es como cada uno somos una isla desconocida, creyéndonos ese continente hueco que aparece en los documentos y en la forma de citarnos que de nosotros hacen los demás.
En el momento en que somos conscientes de que necesitamos navegar en busca de ese lugar natural al que pertenecemos y en el que somos, el propio barco es la meta y, al salir en nuestra propia búsqueda podremos albergar todos los tipos de vida que pueden existir.
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